CUANTO ANTES, MEJOR.

En Santander vimos un escenario que posiblemente se repetirá de manera reiterada esta temporada, más aún en el Sánchez Pizjuán. Equipo rival replegado, con muchos jugadores por detrás del balón, líneas juntas y trabajo especial en bandas, donde cerrarán hasta tres jugadores cualquier intento de desborde de los extremos sevillistas. Le toca al equipo de Jiménez resolver esa situación a partir del estilo que ha querido instaurar esta temporada: Fútbol de posesión, toque, elaboración de la jugada. Y para ello la solución es clara, dinámica, movilidad y creación de líneas de pase, mayor presencia de los laterales en el juego ofensivo y dinamismo de los jugadores de banda. El estatismo y el juego sobre carriles visto en Santander deben desaparecer. Tampoco estaría de más ser más efectivo en el juego a balón parado, donde el potencial del equipo es elevadísimo. Cuanto antes llegue la solución a este escenario, mejor para el rendimiento del equipo.

No esperen otra cosa enfrente en el Sporting de Gijón. La lógica nos habla de una fotocopia del planteamiento base de Muñiz por parte de Manolo Preciado, sólo cambiará la distribución de los efectivos en el terreno de juego. Todo apunta a que el equipo del principado se posicionará en un 4-2-3-1, posicionamiento que ha utilizado esta pretemporada y en el primer partido de Liga.

CONTRAGOLPE CON POCOS EFECTIVOS. A VIGILAR EL PERFIL KONKO

Comentaba Preciado que ellos tienen que ser el equipo que más corra de la Primera División tras la derrota contra el Getafe en el Molinón. Quiere el técnico cántabro 11 guerreros que replieguen y muerdan en campo propio para salir con velocidad al contragolpe. Como comentábamos con anterioridad el planteamiento parece claro, 4-2-3-1, donde 6 jugadores que perderán poco la posición, los 4 defensas más el doble pivote, estarán casi permanentemente por detrás de la línea del balón. Tendrán libertad ofensiva los tres mediapuntas más el punta para armar el contragolpe tras recuperación.

Queda por ver cuántos efectivos van a acompañar a David Barral-el delantero que apunta a titular- en el contrataque. Lo normal es que toda la línea de mediapuntas salga con él en la transición de ataque, si Preciado juega con lo que se presume: Diego Castro por izquierda, Kike Mateo por el centro y con ciertas dudas por la derecha donde pueden aparecer diferentes variantes. No podemos descartar la presencia del “Tati” Maldonado aprovechando Preciado el aspecto emocional que supone para el ex bético volver a enfrentarse al Sevilla-el jugador está como loco por jugar-.

El referente ofensivo es David Barral, jugador desconocido criado en las categorías inferiores del R. Madrid y que llegó al Sporting con la carta de libertad hace dos temporadas. Delantero de desmarque al espacio, contragolpeador, que maneja las dos piernas en la definición. Su presencia es sinónimo de contragolpe y de opción siempre de pase al espacio buscando la espalda de los defensas, mejor partiendo desde zona diestra.

Por el centro-detrás de Barral- debería estar Kike Mateo, mediapunta con llegada de segunda línea, que pisa área o que busca el disparo desde la frontal. La otra opción es la presencia de Carmelo, jugador criado en Las Palmas y que no ha terminado de romper en lo que se esperaba de él. Carmelo proporciona más pausa, mayor visión de juego pero menos presencia en posiciones de remate. Por la derecha jugará otro futbolista vertical, con llegada y tendencia también a entrar por dentro. La opción alternativa a Maldonado es Pedro, canterano criado en Mareo y utilizado por Preciado en ocasiones como revulsivo.

El otro futbolista a vigilar en el aspecto ofensivo del equipo es Diego Castro, el mejor jugador técnicamente hablando del Sporting e hijo del que fuera entrenador del Sevilla Fernando Castro Santos. Pretendido tras una gran temporada en segunda división por Valladolid, Almería, Recreativo o Zaragoza, finalmente decidió renovar por su actual equipo. Otro futbolista -junto a David Barral- que habrá que vigilar en esta vuelta equipo blanquirojo a primera. Juega en la línea detrás del punta, en cualquier perfil, aunque lo habitual es verlo por la izquierda a pierna cambiada. Eléctrico, rápido, con desborde, lanzador a balón parado, maneja también la zurda-siendo diestro- aunque no es un jugador puro de banda, sino de los que se mueven con libertad en el frente de ataque partiendo desde el costado zurdo. Tratará de amargar la noche a Konko-si es titular, como es previsible-, haciendo de sus desmarques a la espalda del lateral diestro la principal arma ofensiva del equipo del principado.

Poco probable es que Preciado salga de inicio con dos puntas, por lo que se reservará la opción Mate Bilic para la segunda parte. Con él en el campo cambia un poco el concepto del juego sportinguista. Bilic es un ariete más clásico, corpulento, juego de espaldas y dominio del remate o la prolongación con la cabeza. Su presencia lleva a un juego más directo, de balón largo y búsqueda de la segunda jugada o de internada por banda para buscar su remate. Será una opción en la segunda parte si el marcador no es positivo para el Sporting. Con él de titular se resiente la velocidad al contragolpe, aunque otorga posibilidad de salida más vertical y directa desde la defensa.

Hablamos de un Sporting contragolpeador, pero hay que decir que la pasada temporada en Segunda División este equipo era intenso, iba a presionar en campo contrario y jugaba con muchos efectivos por delante de la línea de mediocampo en muchas ocasiones. Sin embargo parece evidente que no es el escenario que podemos prever en el Sánchez Pizjuan.

Por el Sevilla tenemos que esperar que sepa resolver la situación de equipo replegado y contragolpeador con mucha velocidad en sus jugadores ofensivos que se va a encontrar enfrente. Dinámica, volvemos a repetir, es la palabra clave. Y cuanto antes la veamos en el equipo mejor, antes estará resuelto el problema. Esto, junto con evitar pérdidas en la fase de inicio del juego, son claves para que aparezca la diferencia técnica en ambos equipos y los puntos se queden en el Sánchez Pizjuán sin demasiados problemas. Si no ocurre esto, el partido no será sencillo.